30/05/23
Primero que nada, contexto. Estoy en Turin, Italia, comiendo una pizza… No es orgullo patriota, es simplemente cuestión de gusto lo que voy a decir. ¡La pizza Argentina es mejor! Jajajaja bueno, probé solo una por ahora. Lo veré más adelante cuando haga una verdadera catación de pizzas italianas. (Abro parentesis atemporal. Voy a aclarar que no, no es mejor, ninguna de las dos es mejor. Ya probé varias más y son excelentes, pero son dos comidas distintas. Se que mientras esté acá voy a extrañar la pizza argentina, así que la voy a tener que hacer yo. Cierro parentesis atemporal.)
Para llegar a Turin, tomé desde Alemania un Flixbus (una empresa de colectivos de Europa). Me subo y voy buscando mi asiento, otra vez pasillo… cuack.
Me toca al lado de un chico que al principio piensa que su lugar era el mío (podría haberle hecho la ventana), se ve que se había sentado donde se le cantó. Su conversación empezó siendo medio indagatoria y curiosa, necesitaba agrandarse un poco diciendo que era un chico malo (muy malo) que había hecho cosas malas (palabras textuales). No estoy muy seguro que tan malas son las cosas que hizo, lo único que llegue a sacar es que algún negocio sucio de drogas, manejar borracho y luego de que le saquen la licencia, volvió a manejar sin licencia, por eso viajaba en colectivo a Suiza una vez por mes donde trabajaba. Terminó siendo un sujeto agradable y dulce. Cuando pasó su parte de agrandarse empezamos a charlar de nosotros.
Se llama Marco y valga las coincidencias, es húngaro. De alguna manera el tipo conecto conmigo, por qué pasó de hacerse el malo a ser agradable y hasta cariñoso. Un poco denso con recomendaciones para no ser como el, que había hecho cosas malas, pero más allá de eso, tierno. Hermosamente se bajó a mitad camino y me quedaron dos asientos para mí solo. Traté de dormir y lo logré bastante bien para ser un colectivo.
«Fulvio, el óptico esotérico»
Fulvio es un señor de unos 65-70 años con cara de bohemio, unos rulos locos grises blancos y negros que le caían hasta los hombros cubriéndolos de cenizas. Con una gran sonrisa que le recorría la cara ampliamente.
Era ya un poco tarde y llevaba todo el día caminando por la ciudad, medio cansado por haber dormido mal en el colectivo, pero igual andaba en la búsqueda de un par de anteojos de sol, que consideré que necesitaba antes de irme a la montaña. Le había preguntado a Google y estaba en búsqueda de una óptica que me marcaba a media cuadra.
Llegué a la entrada del local e intenté entrar, pero la puerta estaba cerrada. Mire hacia adentro y un señor mayor estaba en el mostrador muy concentrado mirando algo a través de sus anteojos. Parecía un trabajo delicado. Golpeé la puerta de vidrio pero no sonó mucho y por ende no me oyó. Miro a los costados y veo un botón que dice «chiama qui». Apretó y suena un timbre. El hombre alza la mirada, me ve, sonríe y se acerca con un paso lento y sereno.
Me abre la puerta y me invita a pasar.
El espacio en sí era bastante particular. En una mitad había varias vidrieras con anteojos y en la otra mitad una especie de sala de estar con sillones, máscaras de geisha, peluches (no entiendo por qué) y varias cosas más variadas y extrañas. En el medio, a la misma altura que la puerta de entrada había un arco que llevaba a otro espacio donde había una señora cosiendo. Tenía todo un aire muy hogareño.
– Ciao, buongiorno – me dice.
– Hola, ¿cómo está? Sto cercando occhiali da sole – intentaba hablar lento para que se entienda con mi intento de italiano mezclado con español. Claramente era todo lo que había buscado en el traductor y la palabra lentes de sol en italiano ya la tenía interiorizada para preguntar en otros lados.
-Español?
-Si! – le respondo
-¿Lentes de sol estás buscando? – me dice con un español muy prolijo pero con un poco de acento – ¿Vintage o modernos?
– No sé – le dije – Me gustaría ver.
Me hace un gesto para que lo siga a otra habitación. Entramos, se da vuelta, me mira, me hace un escaneo rápido y me pregunta – ¿Metálicos o de plástico?
– No sé la verdad… – Pienso unos segundos – Lo más importante realmente es que sean económicos.
– Se sonríe nuevamente con una sonrisa bien amplia y me dice – Me parece bien – y me indica que volvamos a la primera habitación.
Me señaló unos anteojos que fueron los indicados desde el primer momento. Me dió más, probé y desprobé varios pero siempre volvía a los mismos, que solo necesitaban un pequeño ajuste para que me quedaran cómodos.
Dude un momento si pedirle que los modifique, pero al final le pregunté si era posible achicarlos y en esa caigo que estaba pasando por un español, entonces le digo – Español no, argentino -.
-Oh mira! Yo tuve un argentino viviendo como ocho años en mi casa, él también trabajaba aquí. Sigue en Torino, ahora trabaja en un teatro. –
Cuánta coincidencia, ¿No? A veces me sorprendo.
Baaahh… Coincidencia, capaz son huevadas que pasan todo el tiempo por qué es normal que pasen y nosotros le damos más bola de la necesaria. Pero bueno, a mí me gusta.
En fin, estuvimos un buen rato hablando de eso. Me da los anteojos y cuando me estoy yendo lo felicito por el hermoso local que tiene. Me agradece y me comenta que antes hacían reuniones esotéricas ahí, aparte de óptica. Cosa que se cortó en gran medida por el coronavirus. La pandemia que vino a desnormalizar la normalidad y cambiarnos las rutinas.
Al finalizar, cuando me estaba ya despidiendo me dice.
-En la vida no hay recetas de cómo vivir. Lo importante es encontrar la forma de hacer lo que a uno le hace feliz y vivir sonriendo.
Es la mejor manera de vivir.-
Cierro la puerta al salir y me quedo pensando en esto y por qué me lo habrá dicho. No sé, capaz digan que soy un poco tibio, pero no creo que las cosas siempre pasen por algo, pero tampoco creo que pasen por nada.
Al llegar al hostel y empezar a escribir me pregunté por que no le había sacado una foto.
Gracias Fulvio.
31/05/23
Llegue al Rifugio Elizabetta, hermoso lugar al fondo del Val Veny y sobre la ladera suroeste del Mont Blanc.
Jajaja arre mensaje de «holaaa estoy aquí» (aunque bueno, en este caso podría ser «estaba aquí», pero en este caso «sigo aquí». Salvó que lo leas en 3 meses o más, capaz ahí ya no esté ni siga aquí (yo creo que es el paréntesis más largo de la historia (a chequear con el libro Guinness (y con la real academia española a ver si está bien utilizado)))) (me sentí como en programación contando los paréntesis para no dejar ninguno sin cerrar)
2/06/23
«Dos argentinos y un italiano en la montaña»
Ayer fue el último día de limpieza antes de abrir el refugio. Éramos tres realizando las tareas que faltaban (limpieza, arreglos, etc). Dos que hablan español y dos que hablan italiano. Claramente yo era el que no hablaba italiano, la cuál terminaba siendo la lengua principal cuando hablábamos entre los tres. Para ser sincero, nos entendíamos muy bien. El italiano, el cuoco (cocinero en italiano) me tuvo mucha paciencia con el idioma. Eso sí, habla rápido y me dificulta entenderlo, pero bueno, yo nunca tuve problemas en preguntar.
El cuoco es de una isla que se llama Sardeña y el dialecto de allí (el sardo) tiene muchas influencias del español, siendo para él más fácil entenderme.
Dato de color, en sardo en vez de decir «vaffanculo» dicen «ba’ a caga».
A la tardecita fui a dar una vuelta de reconocimiento. Abajo del refugio hay unas ruinas militares de la segunda guerra mundial. Al lado de la puerta del edificio más grande hay un cartel muy particular que pretendía frenar a la gente que quería ir a husmear. Voy recorriendo por fuera y en un momento empiezo a escuchar muchos ruidos desde dentro. Me sobresalté y me giro al escuchar un fuerte tropezón atrás mío y llego a ver cómo saltaba un stambecco (íbice alpino) desde dentro. Escucho algo del otro lado, me giro nuevamente y dos más salen de otra ventana. Son un montón, salen tres, cuatro, seis en total, por todas las ventanas. Al principio me pegué un cagazo! Pero claramente, los pobres tenían más miedo de mi que yo de ellos!
Tuve otro encontronazo con un Stambecco de regreso al refugio. Estaba parado en medio del camino con una cría y bueno, yo necesitaba pasar. Cruzamos miradas y yo dude un rato de si seguir avanzando o no, con esos cuernos que tiene claramente no me voy a imponer a él. Pero por suerte pego una refunfuñada y se corrió del camino.
Por el resto, me fui cruzando con un montón de marmotas que van saliendo de sus agujeros, hasta que lo ven a uno y rápidamente se meten de nuevo. Son muy tiernas.
3/06/23
«La vida de las personas tiene sentido si se explica su contexto.»
«En realidad la gente está muy necesitada de hacerse oír, y si uno tiene la paciencia y la humildad de escuchar sin interrumpir puede enterarse de las cosas más insólitas.»
~Dime quien soy, Julia Navarro.
4/05/23
«El vaso está medio lleno
El vaso está medio vacío
Si alcanza para brindar
¿Para que lo andamos mirando tanto?
Levanta ese vaso, chocalo y compartilo
Ya vendrán tiempos mejores
Ya vendrán tiempos peores
Estos son los nuestros
Son tiempos difíciles
Estos son los nuestros
No tenemos otros
La vida pega fuerte
Pero hoy no te mató»
~Caos, Magalí Tajes
5/06/23
La vida como un conjunto de etapas.
Como un conjunto de partes que se segundean la una con la otra. Estamos vivos o eso queremos dar por hecho, pero es difícil porque cada vez se vuelven más irreales los puntos de referencia.
Queremos ponernos metas y objetivos como si ese fuese el sentido de todo esto. Pero solo son una forma más de pasarlo. Irreal, ilusoria, pero lo importante es que sea alegre.
Al final, espero que la búsqueda de sentido supere el sentido mismo de la vida.
7/06/23
Ser parte de un todo que busca existir.
Existir en una obra de teatro que se niega a cambiar.
Cambios sobre un pasaje que nunca deja de pasar.
A un paso constante, con un ritmo firme.
Un ritmo que marca el paso del tiempo sobre nuestra vida.
Una vida que nos lleva a ser en ese todo que busca existir.
¿Que es la existencia al final?
Si no fuera por el lapso de tiempo que vivimos. ¿Queda algo de ella? ¿Hay posibilidad de que exista más allá de nosotros? ¿O podremos nosotros existir más allá de la existencia?
12/06/23
«Ser parte de nuestra historia. Quien somos en base a quién éramos y quién queremos ser.»
13/06/23
«May the road rise to meet you
May the wind be always at your back
May the sunshine warm upon your face
And util we meet again.
May the lord hold you in the palm of his hand.»
14/06/23
La Victoria del ánimo alega al desánimo de nuestros miedos y frustraciones.
El cierre de un ciclo supone nuevos comienzos. Este cuaderno está llegando a su fin frente a un momento donde las etapas trascienden de forma abrupta. Pero capaz es solo una ilusión y en realidad sean todas las partes de un mismo tramo muy diverso.
Frente al encontronazo con la última página del cuaderno (por qué si, soy un romántico que todo esto lo escribe en papel primero), considero que es también el final de este segundo capítulo.
Me queda pendiente relatar bien un poco toda la historia dentro del refugio, pero (como vieron) las últimas páginas del cuaderno fueron plagadas de reflexiones (como no vieron) y de dibujos.
Quedará para la siguiente carta el laburo del refugio y bueno quien sabe que más!
«El noble pone en orden su vida y escruta en el corazón indagando si acaso, secretamente, hay algo en el que esté en contradicción con la voluntad de Dios.»
~I Ching – 51
Bueno, gracias a todos por leer este segundo capítulo. Espero les haya gustado. Seguramente notarán que no está actualizado temporalmente, va ir yendo con un poco de delay hasta que ordene un poco todo… o no.
Si quieren comentarme o preguntarme algo en base a lo que leyeron, me encantaría. Y si quieren contarme en qué están ustedes (por este medio, mail o Wpp), me encantaría también ❣️