03 – Refugio Elisabetta, rutina y reflexiones

19/06/23

A veces lidiamos con nuestro enfrentamiento interno en el exterior. Es más aquello mismo que somos que se nos presenta en el cotidiano.
Una lucha oculta entre nuestras ideas. Mezcla de pensamientos con ideales propios y ajenos.

21/06/23

«Cuánto más rígido se muestra el árbol frente al viento, más probable es que se parta.»

Si uno se deja mover por el viento, se vuelve más flexible. Tanto en cuerpo como en mente.
Aceptar las situaciones que pasan y buscar como adaptarnos a ellas también nos fortalece el espíritu.
Lidiar los acontecimientos y no enfrentarlos. Resolver y no confrontar.
Si confrontamos sin adaptarnos al espacio corremos el riesgo de partirnos.

22/06/23

Un primer trabajo en Europa

Bueno, ya van más de veinte días de trabajo en el Rifugio Elisabetta. Un bello lugar ubicado en las laderas del monte Bianco (montaña que abarca parte de Suiza, Italia y Francia) del lado italiano. Un lugar que por lo que se cuenta, hace poco más de 100 años estaba rodeado de glaciares que se asomaban ya sobre el Val Veny, valle que se cruza desde Courmayeur para llegar acá. Ahora los glaciares se ven a los lejos, más pequeños y retraídos a las partes altas de la montaña.

El refugio se encuentra en una parte alta a la mitad del valle rodeado de varios arroyos (o pequeños ríos) que nacen de los glaciares o de los grandes cúmulos de nieve que aún se mantienen, para unirse en el lago Combal que se encuentra en la otra punta del Val Veny

Abajo del refugio hay unas ruinas militares de la segunda guerra mundial utilizadas para atacar Francia, que yendo por el valle y cruzando el Col de la Seigne se encuentra a 3,4 Km. Hoy en día esas ruinas, cómo conté en la carta anterior, son el hogar de los Stambecci o «ibices alpinos». O bueno, creo que lo eran durante el invierno y la poca cantidad de gente.

Ya pasado el tiempo se ha ido consolidando el equipo con integrantes que fueron llegando poco a poco. Un grupo colorido con personalidades bastante diversas.

Davide es el jefe. Desde mi forma de ver tiene una mente súper capitalista (que raro en un jefe). Habla mucho de dinero y quiere que todas las cosas se hagan a su exacta manera, lamentándose de que sino todo su trabajo es muy difícil y se pierde. Cosa que me parece razonable, salvó por su forma de decirlo, siempre de una manera de mierda y al borde del ataque de estrés total (no vayan a escribir en la hoja del check-in un nombre con minúscula por qué su reacción es similar a si hubieras explotado una bomba sin querer en medio del supermercado). Igual voy a rescatar que se le nota que tiene un poco de buen corazón. Capitalista, pero buen corazón, primero el dinero y después se preocupa por vos. Los primeros días tuvimos nuestros encuentros, dónde no quedó exenta mi personalidad un poco ácida cuando me cruzo. Pero hoy en día le agarre aprecio y aprendí como laburar con él para que no tenga sus reacciones de estrés. Sino, uso la vía de escape más próxima y vaffanculo. A fin de cuentas se que para mí en el fondo lo más importante es dar un buen servicio por la gente y para él por el dinero (pero bueno, a fin de cuentas para los dos los más importante es dar un buen servicio), así que me conformo haciéndolo mejor que puedo frente a las estructuras dadas..

Francesco o «Fra» cómo le decimos, el cuoco (cocinero). Un italiano de la isla de sardeña. Cocina super rico y es un amor. Eso sí, a la hora del servicio tiene muy pocas pulgas, así que cuidado de no atosigarlo de comandas ni vender muchos Tagliere (tabla de picada) que te puede mandar a cagar. Con el hablamos italiano-español. El me habla solo en italiano, yo una mezcla o lo que sale de cada uno, día a día con un poco más de italiano. Es el único que está en la cocina y hay servicio de almuerzo que saca doscientos platos. Yo me saco el sombrero de cómo maneja la cocina él solo. Su tema en español favorito es el de Jarabe de Palo que dice «depende, todo depende, ¿De qué depende? De cómo se mire todo depende».

Nachito, un argentino, un cordobés que vive con su novia en Mallorca. Es mi compañero de equipo desde el día uno. Por suerte, desde el principio nos hemos entendido muy bien. Compartimos habitación, tareas, responsabilidades y muchos pensamientos. Su frase más común más común es «que culiado» y cuando le sale el cordobés pasa a decir «que culeaadazo».

Esteban, otro cordobés que viene de trabajar en el Otto Meilling. Fue nuestro guía en el trabajo (mío y de Nacho) los primeros días y después se fue a trabajar al Rifugio Gonella, un refugio de alta montaña donde suelen ir los alpinistas que van a hacer cumbre del Mont Blanc. Va a volver más adelante a trabajar con nosotros, cuando el otro lugar cierre por la falta de agua. Seguro cuando vuelva nos vamos a jugar unos trucazos y hacer unos buenos Fernet. Parece por el momento que con él y el Cuoco vamos a ser los que cerremos aquí cuando termine la temporada. ¿Aguantaremos?

Luego de unos diez días de que seamos solo nosotros con nuestra conciencia llegaron Mamasita y Ricky.  A mamasita le decimos así por qué es súper mamá con todos, en realidad su nombre es Minerva. Es una señora mayor (no sé aún cuántos años tiene, pero alrededor de 50 creo) de República Dominicana. Ella trabaja como bachera acá, pero parece que en realidad es ayudante de enfermera. Habla español, pero creo que funciona en automático y me habla en italiano rápido, cerrado y cosas que no tienen nada que ver con nada, así que la mitad de las veces no le entiendo, en el idioma que sea que me hable. Todos los días tiene algo para quejarse. Yo creo que está muy cansada. Cuando no es mega densa con sus quejas es re adorable. En la mesa se te pone a servir en el plato y te dice «Mangia, mangiaa, è buono!», cómo si fueras un niño desnutrido. Ricky es un ragazzo piccolino de 21 años. Viene de Torino. Rapea y compone sus propios temas. Tiene esa onda de rapero medio cheto. A veces hay que agitarlo un poco para que no se haga el boludo en el trabajo, pero es un muy buen pibe.

Hace una semana llegó Giuglia, una chica de por acá, del valle D’Aosta. Aparte de italiano, habla inglés, francés y español. (Con un acento muy bello) Tiene una energía súper agradable y cariñosa. Está estudiando psicología y va a hacer un máster en psico-genética. Suele hacer yoga todos los días. Ahora está compartiendo habitación con Nacho y conmigo. Tenemos bastantes roces laborales por qué los dos nos alteramos un poco fácil, pero siempre buscamos la forma de arreglarnos porque ya nos queremos. Al final, la buena comunicación puede resolver todos los problemas. Aparte, me sirve para visibilizarme en un montón de aspectos, así que cuando se me pasan las ganas de mandarla a la mierda, me llevo el trabajo interno de tarea a casa.

Y hace tres días llegaron Serena y Tomi. Serena también es del valle D’Aosta, amiga de Giulia de la escuela. Ella ya había trabajado el año pasado (igual que Ricky). Es toda chiquitita y tranquila, aunque a veces la siento un poco desganada. Tiene un problema grave con ver siempre el vaso medio vacío de todo y se queja demasiado. Igual cuando se le prende la emoción por algo que le gusta, es adorable. Es un poco difícil comunicarse con ella por qué no habla español  y el inglés le cuesta un poco. Pero lo vamos a lograr, cada vez parlo un poco más de italiano. Aparte creo que es la mejor manera de proponerse aprender. Más allá de las dificultades de entendimiento nos terminamos llevando muy bien. Tomi también es argentino, de Salta. Es todavía un pequeño de 21 primaveras que está hace más de un año dando vueltas por Europa solo. Todavía no se mucho de él pero me da imagen de buen pibe, con ganas de hacer y aprender. A veces es un niño mañoso y se le escapan las emociones con cosas simples. Pero busca poder centrarse, se le nota. Las cosas no terminaron bien, espero que logre centrarse y encontrar su camino. (Aaaahhh se hacía el adivinador, ya me siento un Mcfly cualquiera).

12/7/23

Hace dos días llegaron dos chicos nuevos, Elena y Gregorio. Tomi pensó que eran hermanos, Nacho que era pareja y yo amigos. Para boludear un rato decidimos apostar, ganó Nacho. Son unos milaneses de 25 años. Tampoco hablan español, así que se siguen sumando personas para practicar mi Italiano. Con Greg me entiendo muy bien, aunque mezcle español al hablar. Para hablar con Ele debo pensar un poco más, sino no me entiendo y terminamos los dos en un mutuo «¿coooomooo?».

Greg está terminando de estudiar ingeniería civil, es un chico tranquilo y sonriente. Siempre le aporta mucha buena onda a lo que hace. Ele es un poco más activa, está terminando de estudiar economía y habla mucho. Está siempre predispuesta a hacer cualquier cosa, a veces demasiado.

Un día en cuatro respiraciones

 

Bueno, ¿Que carajo tengo que hacer en el refugio?

Para empezar me levanto a las seis y cuarto, bajo medio dormido a la cocina, pongo dos ollas grandes de agua, lo más urgente. Voy al baño, me lavo la cara e intento parecer una persona normal. 

Doy un primer respiro profundo, inflo bien los pulmones y entro de nuevo a la cocina, voy a la sala, llevo las mantecas a las mesas, corto el pan, armó las paneras, los platos de jamón y queso, las jarras de té y café, ya son las siete, tengo que abrir la puerta, entra la oleada de zombies que empiezan a pedir y pedir leche, más café, más té, más pan, más queso, un expreso, ¿tenés chocolate?, tengo que pagar, un picnic, que dormí mal, que dormí bien, que gracias, que algo más, por suerte a las ocho ya se fueron todos o casi todos, eran 80, hay que limpiar las mesas, empezar a levantar todo antes que llegue mama y se empiece a quejar, limpiar el salón, limpiar el bar, llenar el Frigo, las chaldas de café para la máquina, las cucharitas, que haya leche en la heladera ¿uuhh a mi siempre me toca la lista de compras? que falta, que no hay, empieza a llegar gente ¿tan temprano, cómo hacen? que quieren, tenemos café, torta y no, no nos queda pan para sandwiches, la cocina abre a las doce, a las diez llegan los chicos que hoy les tocaba limpieza, me toca una pausa. Tengo una hora de pausa, segundo respiro…

A las once vuelvo para que los otros puedan tomar su pausa, hay que preparar las cosas para el almuerzo, vasos, cubiertos, jarras, a las doce abre la cocina y empieza el servicio de pranzo ¿volete qualcosa da manjare? ah parla inglés ¿Do you like Something to eat? te armó la mesa, te cobro, ¿qué querés un café? ¿qué te recomiendo yo? para mí lo mejor son los gnocchi bludosta con un queso azul del valle, hasta las tres está abierta la cocina, ya la gente pregunta por el check-in, que no que empieza tres y media, a las tres cerramos la cocina y tratamos de comer todos juntos sino comemos por turnos, un pequeño respiro, una brisa, ¿la comida que es? pasta. Inicia el check-in, cuál es tu nombre de reserva ¿tenemos o no tenemos el planning? ¿en qué idioma hablan? todo puede ser más o menos difícil pero factible, explicamos que le abrimos una cuenta, la ducha de agua caliente, los horarios, cuando pagan ¿alguno es vegetariano o algo? le mostramos la habitación, un chiste va, un chiste viene, el siguiente quién es, alguien que quiere pagar otro que quiere un café o un sándwich, a las 16 o 17 tengo una hora de pausa, tercer respiro…

Regreso y hay que seguir atendiendo a las gente, que quiere, otro nuevo que llega, check-in, a las 18 hay que empezar a armar el salón, armar el planning de las mesas, echar a todos de la sala, preparar, vaso, cubierto, jarra, ¿qué falta? a las 19 hacemos entrar a la gente, ¿tu nombre de reserva? mesa 4, mesa 10, preguntamos qué quieren tomar, llevamos las brusquetas de entrada y después el risotto, al rato pasamos con un carrito con la olla preguntando si quieren repetir, sale el primer plato y portamos el segundo, lonza con patatines y fagiolini (chauchas), lo levantamos y llevamos la pannacotta de postre, queda seguir levantando todo a medida que la gente se va, armar los picnic para aquellos que los piden y el desayuno, si todo sale bien a las 21.00 – 21.30 estamos cenando nosotros. Pequeño respiro. A las 22 echamos a los que quedaban en el salón, cerramos y terminamos de armar las mesas para el desayuno. Terminamos, gran respiro…

 Nos sentamos en la mesa 11 o la 12, nos servimos unos Genepy (bebida alcohólica hecha a base de una hierba de los alpes) o lemoncello y nos relajamos. Charlamos de la vida, brindamos y disfrutamos el no tener que hacer nada. A veces llega algún colgado a las 22-23 y hay que resolver, casi seguro que es Francés. No lo podemos dejar solo en medio de la noche y la montaña, así que buscamos donde es el mejor lugar para que duerma.

Cuando me toca la limpieza de baños o habitaciones, es un poco de relajo. Me pongo los auriculares y por hora y media estoy en mi mundo limpiando lo que haga falta de limpiar.

Puede sonar un montón, o puede sonar poco, pero los días se pasan. El tiempo nunca deja de avanzar y al final, si uno se ata a esos pequeños bellos momentos que siempre hay para rescatar, todo se puede disfrutar. Obviamente depende del día, hay días que uno no quiere que le rompan más las bolas y se vuelve todo un poco más difícil. Pero al final también es divertido verlo así, porque cuando uno se encuentra en esa rutina, todo sucede y uno es parte de ella.

15/08/23

Fe de Erratas:

En el mail anterior mandé una foto que no es mía, la saco un fotógrafo que conocí aquí en el 2007. Se la pedí para hacer una comparativa del retroceso del glaciar en tan solo 15 años y bueno, entre todo el caos de mi celular, la mande como si fuera mía. 

Aprovecho y muestro ahora sí, cómo la naturaleza cambia y se modifica, crece y decrece todo el tiempo, en todos lados y en el mismo instante… como nosotros. 

Les recomiendo de paso que se den un paseo por su pagina web, que tiene unas fotos increíbles!
«Entren, entren a la pagina de Marco!»

N. del A.: Esto inició siendo enviado vía e-mail antes de ser movido aquí. Ahora pueden ver la comparativa a la izquierda (Abajo de todo si se encuentran en el celular).

26/08/23

El día de ayer transcurrió con un clima que nos daba a entender que era el fin del calor. Después de varios días hermosos dónde incluso pude hacer una caminata por las cumbres de las montañas, en la cuál no hice más de diez pasos sin tener el sol sobre mi.

Ayer no… ayer el sol se escondía tímidamente detrás de las nubes. El viento frío empezaba a sentirse aún antes de salir afuera. Gotas de lluvia caían cada ciertos lapsus de tiempo, con un ritmo que no dejaba a la gente saber cómo reaccionar.

 «¿Sigo o no sigo?», «¿Espero un poco? ¿Sabes en cuanto deja de llover?»

Me chupo el dedo, lo saco afuera y siento las vibraciones del viento, la lluvia y de mi termostato interno que me anticipan un pasado, un presente y un futuro inmediato.

 -In 42 minutes  with 26 seconds – les respondo con una sonrisa – But… maybe I’m wrong! Sometimes my internal sensor doesn’t work-. Algunos se ríen, otros ponen cara seria, en el fondo ofendidos de que su pregunta tan seria y profunda, cuasi filosófica, sea respondida con un chiste boludo.

El tiempo pasó de una forma lenta y monótona. Junto con el día que se volvía más gris a cada instante, yo no me sentía del todo bien y cada cosa que hacía tenía una dificultad agregada innecesaria. Aunque en el fondo nada era distinto al resto de los días, solo estaba mi incapacidad de afrontar toda situación en ese estado.

Ya eran casi las 20 y yo no tenía ganas de dialogar con nadie. Había cruzado dos palabras con Davide y ya su nerviosismo crónico para responder cualquier cosa me resultó particularmente insoportable. Así que opté por irme a limpiar los baños que ya había visto una hora antes, cuando una chica me llamó para arreglar la ducha, que eran un asco. A veces no se realmente que hacen algunas personas con el papel higiénico, con la ducha, con los pelos y con tantas otras cosas cuando están ahí dentro. Un gran misterio de la vida.

Lleno un balde con agua, voy primero al baño de abajo, enjuago y estrujo bien el mocho y cuando me voy a poner a limpiar el piso, veo algo que se mueve. Una ranita saltando hacia la pared, escapando de una bola de pelos hedionda que se le acercaba.

«Ay no, cómo carajo llegó hasta acá». Pienso mientras la veo. «¿Cómo la saco? Debería buscar algo por si es venenosa. Naaaa! Acá en Europa no hay ranitas venenosas, la agarro con la mano!». Me convenzo a mi mismo de este hecho y empiezo con el desafío de atraparla, siendo que con mucha habilidad se me escapaba de entre los dedos, saltando, despatarrandose, esquivando mis manos carcelarias.

Luego de varios intentos de intentar agarrarla, logro cercarla entre mis dedos sin dejarle ninguna opción para huir. Salgo afuera, miro a mi alrededor y me preguntó dónde la puedo dejar. El río está a unos 150 metros, si la dejo acá se muere de sed la pobre. Empiezo a ir hacia la fuente de agua más cercana y en eso me empieza agarrar el miedo de que se me muera la pobre ranita en mis manos. Ya no sentía ese fuerte latido de nerviosismo del primer momento. «¿Le habrá agarrado un paro cardíaco del susto?». Abro una mano y la ranita estaba ahí, respirando tranquilamente. Saque la mano derecha totalmente y ella quedó tendida en la izquierda ya totalmente desligada a su suerte. Había aceptado que si su destino era morir en mis manos, así sería. Pobrecita, que bueno que estaba equivocada. 

Hice los últimos 50 metros con la mano abierta y la pequeña sobre ella sin dar intentos de escapar. Me acerqué al río, apoyé la mano en el agua y le di la opción de que se vaya libre. Le llevó un ratito reaccionar, pero cuando fue consciente de su posible libertad, pegó un saltito y se escondió en unos pastos altos que había al lado. Me acerqué para verla una vez más y solo ví su cuerpo que saltó nuevamente para alejarse un poco más de aquel ser que todavía no estaba segura si la quería salvar o cenar.

Puede ser que haya estado escapando de un mal inevitable que se avecinaba esa noche. Ya que cuando terminó de oscurecer, el mal tiempo que se avecinaba graduándose con calma y lentitud, llegó de golpe. Una lluvia torrencial inició llenando el ambiente del ruido fuerte de muchas gotas golpeando en el tejado. El fuerte bramido metálico de los truenos que resonaban por todo el establecimiento. Y fogonazos de luz que entraban por todas las ventanas con un ritmo cada vez más frecuente, cómo si cientos de flashes de fotografía se hubieran prendido al mismo instante para hacer la foto más iluminada de la historia.

Al final, la tormenta había iniciado y yo capas había condenado a una pobre ranita a sobrevivir afuera, en su ambiente natural. No se si era lo mejor, si era lo peor. No se que le hubiera sucedido si continuaba en la ducha del baño de abajo. Solo sé, que al final, es lo que fue.

Como un mensajero arribado de un futuro no tan distante puedo afirmar que al final la tormenta irrumpió avecinando el buen tiempo. Fueron tres días de tormenta, que incluyeron nieve y granizo. 

Tres días que el mundo se cayó a pedazos, para darle lugar a su recomposición. 

Tres días que el mundo se cayó a pedazos, para dar luego lugar al sol. Un sol que hasta el día de hoy no se ha ido y sigue calentando cada día un poco más, cómo si no fuera el fin del verano aquello que se avecina en casi diez días.

03/09/23

¿Qué hace la gente en la montaña?

¿Si ustedes van a la montaña, por qué van?

Me agarra una repentina duda al observar todo el tipo de gente que llega a este lugar. Obvio siempre están los montañistas, los aventureros e incluso están aquellos que buscan nuevas experiencias pero a su vez saben dónde están, a lo que se enfrentan. Pero por otro lado, hay todo un gran grupo de gente, sorprendentemente grande, que me pregunto «¿Que carajo hacen acá?»

Hoy en día las ciudades han generado un nivel de comodidad en la gente tan grande (obviamente hablando siempre del primer mundo) que llegan acá y esperan encontrar la misma facilidad para todo. Pero no, estamos en la montaña ¿Que carajo haces resongando por qué no tengamos agua caliente? ¿Que lógica le encontrás a que venga un taxi hasta acá a buscarte por qué estás cansadito? ¿Quién crees que sos que tendríamos que estar abiertos 25 horas solo para cubrir tus necesidades? Entonces, cómo pregunta de cierre. Con todo el tiempo que caminaste para llegar hasta acá ¿No reflexionaste nada? ¿No te diste cuenta donde realmente estamos? 

 

 

Bueno, eso lo estaba escribiendo por la mañana, con un montón de pensamientos cruzados sobre todo. Pero ahora, varias horas después, sigo reflexionando desde otro angulo. 

Empecé mi descanso a las 15.30 y me fui a tomar una cerveza afuera.  Había una chica a la que le había hecho el check-in que estaba charlando con su amiga. Me saluda muy sonriente así que me siento con ellas y me pongo a charlar. La amiga es brasilera, pero vive en Irlanda. Hablábamos con una mezcla de portugués, español e ingles. La charla fue llevándose a qué pensaba hacer yo después de terminar el trabajo aquí, a lo que le comento que algo que me gustaría mucho es ir a Japón. Ella se sorprende y me comenta que tiene un libro sobre la vida en Japón, que prácticamente no lo leyó y lo lleva de paseo. Me lo pasa para que lo vea y casualmente, el libro está en Español. 

Estoy leyendo la contratapa y me dice: -Creo que ese libro es tuyo-.

Son esas frases que te sorprenden y te quedan ahí dando vueltas. No entendés de dónde sale, porque, pero te saca una sonrisa en el corazón ya que la otra persona no tenía por qué hacerlo, pero simplemente lo hizo. Podría alargar mucho la historia, darle más vueltas, filosofar e intentar inventarle un conflicto para después resolverlo. Pero en resumen, la historia se resume a qué una chica de Brasil, que vive en Irlanda, me regaló un libro en Español sobre Japón. Sin ninguna razón aparente pero ayudándome a consolidar mis ideas.

Al final, hilando con el negativismo anterior, supongo que la gente está donde tiene que estar. A veces podría ser distinto. A veces podría estar más interesada por estar presente donde está, saber dónde está. Pero al final, todos están donde tienen que estar. Está en cada uno saber por qué está donde está. Y está en cada uno saber por qué las personas que nos rodean están ahí, rodeandonos. 

En fin, todo esto es muy difícil la verdad. Pero uno puede reducir y probar de meramente ser consciente de dónde está. Para poder ser parte de este lugar y no tener que ser siempre una especie que necesita que los lugares se adaptan siempre a uno y no al revés.

 


 

Cabe aclarar que los sucesos transcurren siempre en un tiempo pasado. Aquello que ha acontecido sufrió el paso del tiempo antes de ser traducido a las palabras. Lapso sobre el cual la mente ha podido analizar e interiorizar aquello que vivió desde perspectivas distintas a la espontaneidad del momento presente. Las fechas buscan darle un orden a aquello que se lee, pero igual está condicionado al desorden interno que pierde la precisión de la línea temporal. 

Demás está decir que muchas cosas van a estar desordenadas y también cuenta con muchos sucesos que son adheridos en la transcripción o corrección del texto, dando avances sobre la fecha dada originalmente. Quedando a elección del lector buscar armar el rompecabezas como corresponde o simplemente leerlo dejándose llevar por la nueva cronología dada por las palabras escritas.

Por otro lado, como siempre digo, estoy abierto a comentarios o críticas acerca de todo lo que he escrito. O también es un placer que igual me escriban contando cómo están ustedes. Todo esto puede ser vía wpp, mail o en la cajita de comentarios que se encuentra aquí abajo. También abajo del todo tienen una cajita donde se pueden subscribir para recibir un mail cuando suba un articulo nuevo. 

Los abrazo y gracias por leer!

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