07 – Santorini: Una isla de encuentro para 6 personas diversas

27/10/23

Me resulta muy interesante escuchar las ideas e intentar entender las mentalidades de los demás. Cada persona es un mundo y si uno desglosa un poco, puede siempre aprender un montón. Pero me resulta un poco agobiante cuando la otra persona busca convencerme de sus ideales. Quienes somos si nos incitan a creer una verdad ajena. Está en nuestro inconsciente la búsqueda de nuestra verdad. Muchas veces puede ser que necesitemos cierta ayuda, en eso está el escuchar a los otros. Pero esto no tiene que ser determinante, tu ayuda puede no ayudarme. Tu Dios no tiene que ser el mismo que el mío.

28/10/23

Compilado de visiones, compilado de emociones.
La vida como aquello que buscamos ver y sentir.
El eterno dilema de si somos lo que elegimos. Pero al final, si lo somos ¿Cuándo lo elegimos?

29/10/23

Las despedidas nos vuelven conscientes. Viajar es conocer gente que no sabes cuando vas a volver a ver. Pero a veces se generan lazos muy fuertes en poco tiempo.

Disfrutar,
la alegría de compartir y conectar.
Y en el momento de decir adiós,
La realidad se hace presente.
La despedida nos vuelve conscientes.

Los caminos que realmente estuvieron unidos solo por una milésima parte de nuestro tiempo, se vuelven a separar.

Viajar es alejarse de la gente que amás.
Es estar lejos del hogar.
Es buscar acercarse a nuestro corazón.
A veces encontrarlo si es que está por ahí.
Y capaz, no sea por ese camino.

Al viajar y alejarnos de nuestra casa, de la gente que amamos y nos ama. Es una búsqueda constante de eliminar ciertas distancias físicas en nuestro interior, buscando llevar siempre con nosotros todo aquello que nos dejó una marca y sobre todo a aquellas personas que nos hacen feliz.

 

31/10/23

Santorini: Una isla de encuentro para 6 personas diversas.

Desde Budapest, me encaminé hacia Atenas en un vuelo indirecto que me hizo pisar por dos breves horas un aeropuerto Siciliano. Lo único que destacar de esto es que la vista desde el avión yendo de Italia a Grecia fue hermosa. La capital griega me recibió con los brazos abiertos por el resto del día. Al siguiente amanecer, embarqué en un ferry por el mar Egeo. Las anécdotas de Atenas tendrán que esperar su turno en otro capítulo, pues tanto en la ida como en la vuelta, la ciudad dejó su huella, fue pequeña ya que el tiempo condiciona, pero la mente no olvida. El ferry, más que un simple medio de transporte, era una especie de rascacielos acuático de nueve pisos (algunos eran simplemente para los autos o de carga), repleto de bares y espacios para descansar, incluso con cómodos sillones para echarse una cabezada (bueno, le bajo un poco el humo al hype, no eran tan cómodos… estaban bien). El viaje fue una experiencia visualmente deslumbrante, con paradas en diversas islas del archipiélago griego, cada una con su propio puerto y ciudad, todas ellas acogedoras y llenas de encanto. Luego de ocho entretenidas horas donde pude disfrutar del amanecer, dormir, leer, ver el horizonte, comer algo y tomar una cerveza, llegamos a mi puerto de destino: Santorini.

En los tiempos antiguos, en las aguas del majestuoso mar Egeo, yacía una isla de singular belleza, envuelta en misterios y leyendas como las que tejían los dioses del Olimpo. Esta isla, conocida como Santorini, se alzaba como una joya en las Cicladas, su forma de medialuna se erguía orgullosa, custodiando en su centro un pequeño islote coronado por el poderoso dominio de un volcán.

Se dice que fue aquí, entre los caprichosos caprichos de la naturaleza y el imponente silencio de los dioses, donde el sabio Platón halló la chispa de inspiración para dar vida al mito de la Atlántida, una civilización perdida en las profundidades del océano. Fue en los ecos de este lugar, donde el rugido del volcán se mezclaban con el susurro del viento, que la grandeza y la tragedia se entrelazaban en una danza eterna. Hoy en día la isla tiene forma de medialuna. Si queremos, podemos creer que en la mitad que falta es donde estaba la civilización perdida.

Las ruinas de Akrotiri, una ciudad sepultada por la furia del volcán hace más de 3000 años, yacían como testigos silenciosos de la grandeza que una vez fue. Sus piedras gastadas por el tiempo llevaban consigo los vestigios de una era olvidada, donde las culturas se entrelazaban en un tapiz de historia y tradición, donde lo griego se fusionaba con lo turco, y lo musulmán con lo helénico.

En medio de este paisaje impregnado de historia y misterio, mi viaje me llevó a las orillas de esta isla, sin un destino claro, guiado por la corriente del destino y la búsqueda de aventuras y precios económicos. Fue entonces cuando, entre la multitud de opciones, elegí un modesto refugio, el hostel más barato que había, conocido como “Utopía”, ubicado en la parte sur de la isla, en el pueblo llamado “Perissa”, apartado del bullicio de la ciudad principal y sus turistas. Así que si quieren una recomendación para visitar esta isla, les recomiendo este bello lugar para quedarse. También les recomiendo ir cerca del final de temporada (octubre), que es todo mucho más tranquilo.

A veces se dice que lo barato sale caro. Este no fue el caso, porque fue una decisión que me generó mucha felicidad, el destino parecía haber conspirado a mi favor, pues aquella elección se reveló como un verdadero tesoro oculto. Allí, a la sombra de las olas y el rumor del viento, conocí a seres extraordinarios que habrían de marcar mi viaje con el sello de las risas compartidas. William, Stephany, Kate, Oscar y Carina, cada uno portando consigo historias y sueños tan inmensos que quedaron más preguntas que respuestas.

A Carina la conocí poco después de que llegué. Estaba con Antony, el dueño del hostel y otro grupo de chicos muy agradables: Skyler y Ari. Con ellos no llegué a profundizar mucho porque nuestros recorridos tomaron rumbos distintos rápidamente, pero lo poco que compartimos se disfrutó mucho. Si puedo algún día visitaré a Ari en Noruega. Carina, con su espíritu en búsqueda de redención y autodescubrimiento llevaba una charla muy profunda sobre encontrarse y valorarse a uno mismo en la cual me integré como oyente. Ella viene de Estados Unidos, parece que está saliendo de momentos difíciles y realizando su primer viaje sola. Tiene una forma muy cómica de contar sus historias de vida, que ya de por sí son muy particulares y graciosas.

William, un canadiense con el que compartimos habitación. Tuvimos una primer presentación fugaz, ya que nos encontramos en los preparativos previos para irnos a dormir. Pero su energía me resonó al primer momento. Parecía un chico entusiasta con ganas de conocer a aquellos que lo rodeaban. Actualmente vive en Suecia trabajando de ingeniero. Tiene una sonrisa que irradia paz y ante todo tiene una buena predisposición ante todo. Siempre anda buscando puntos de conversación y conexión. Al día siguiente nos cruzamos varias veces en el día y terminamos charlando de la vida en la playa mientras fumábamos un cigarrillo y veíamos las olas bajo la luz de luna.

Stephanie es una chica alemana que estudió leyes y busca su camino como abogada ambiental. Dedica gran parte del tiempo a viajar, sola en su mayoría, y conocer el mundo que la rodea. Ha vivido en distintos lugares del mundo como Buenos Aires, Bolonia o Boston. La conocí al día siguiente en una caminata que hay por la isla. Ella estaba con William yendo en la dirección contraria a la mía. Me saludó con una cámara Sony y un bello lente 70-200 en la mano y una sonrisa que no creo que me olvide fácilmente.

Oscar y Kate aparecieron la segunda noche en el hostel. Se arrimaron a la cocina-comedor donde fue nuestro primer encuentro de charlas y compartir todos juntos. Oscar es un mexicano y también es ingeniero. Está con grandes dudas de si tramitar su ciudadanía italiana y emprender a viajar. No sabe qué tanto le puede afectar la distancia. Va a todos lados con una bella polaroid y su divertido vocabulario mexicano. Es hermoso poder compartir el lenguaje propio y que a la vez haya tantas diferencias y tanto para aprender. Kate es de Australia. Los primeros días no se integró tanto al grupo, se nota que necesitaba un poco más de paz y soledad. Pero al final compartimos un montón. Estaba yendo a Israel pero con todo el conflicto bélico le cancelaron el vuelo. Me quedaron un montón de preguntas pendientes para conocerla mejor, ya que me intrigó mucho como persona.

La noche siguiente al encuentro que tuvimos todos juntos era supuestamente mi última noche. Pero hubo algo que me hizo reflexionar y me generó un fuerte sentimiento de “no me quiero ir”. Sentí que quería compartir con esa gente que me rodeaba y continuar descubriendo la bella isla en la que estaba. También puede ser que me enamoré un poco …jeje… y que soy un romántico de los encuentros y el compartir. Bueno, en fin. Al día siguiente cambié mi viaje en barco y el hostel para estar tres noches más en Utopia. Fue otra gran decisión que tomé porque realmente la pase hermoso.
En esos días siguientes compartimos un montón de experiencias. Recorrer la isla siendo cinco en un smart originalmente diseñado para dos personas, ver atardeceres, nadar en el mar bajo la luz de la luna, salir de fiesta, visitar la ciudad antigua y muchas risas y conversaciones profundas.

 

Gracias Stephy por hacerme las preguntas que me llevan a mis propias respuestas desconocidas. 

La búsqueda de responder una pregunta nos hace plantearnos siempre la respuesta. Dependiendo del nivel de confianza que genere la otra persona uno puede llegar más profundo en esa búsqueda. 

 


Cabe aclarar que los sucesos transcurren siempre en un tiempo pasado. Aquello que ha acontecido sufrió el paso del tiempo antes de ser traducido a las palabras. Lapso sobre el cual la mente ha podido analizar e interiorizar aquello que vivió desde perspectivas distintas a la espontaneidad del momento presente. Las fechas buscan darle un orden a aquello que se lee, pero igual está condicionado al desorden interno que pierde la precisión de la línea temporal.
Demás está decir que muchas cosas van a estar desordenadas y también cuenta con muchos sucesos que son adheridos en la transcripción o corrección del texto, dando avances sobre la fecha dada originalmente. Quedando a elección del lector buscar armar el rompecabezas como corresponde o simplemente leerlo dejándose llevar por la nueva cronología dada por las palabras escritas.


Por otro lado, como siempre digo, estoy abierto a comentarios acerca de todo lo que he escrito. O también es un placer que igual me escriban contando cómo están ustedes. Cualquier cosa que continué el intercambio me hace feliz y siento que enrice un montón. Todo esto puede ser en la cajita de comentarios que se encuentra aquí abajo.

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